
El plan de Donald Trump para manipular las elecciones de 2026 para que los republicanos puedan conservar la mayoría en la Cámara de Representantes siempre ha sido uno idea estúpida.
Los politólogos que han estudiado los efectos del gerrymandering han descubierto que los gerrymandering no manipulan las elecciones ni aseguran mayorías.
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En 2023, el Instituto de Investigación Social y Política de Yale (ISPS) y la Universidad de Harvard analizaron todas las posibles simulaciones de escenarios nacionales de manipulación.
Tu conclusión:
En resumen, los datos muestran que la mayor parte del sesgo electoral se anula a nivel nacional, dejando a los republicanos con sólo una ventaja de dos escaños en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en comparación con lo que habría sido posible dadas las limitaciones geográficas y legales.
La manipulación no puede manipular la Cámara de Representantes ni crear una mayoría segura para los votantes, pero puede crear desventajas estructurales en hasta ocho escaños de la Cámara, lo que dificulta que los demócratas ganen esos escaños.
Trump pensó que podía manipular las elecciones y crear una mayoría republicana que no podría ser eliminada.
No es así como funciona la manipulación. La manipulación es mala porque dificulta que se escuche la voluntad de los votantes.
Trump no entiende nada de esto, razón por la cual hizo un berrinche el domingo porque los republicanos en Indiana se negaron a rediseñar sus distritos electorales.
La historia continúa a continuación.

